PATRIMONIO LITERARIO DE LORENA
El patrimonio literario como espacio de identificación, de apropiación, resulta ser un recurso especialmente estupendo para el desarrollo territorial y cultural de Lorena. El patrimonio es, en efecto, el nombre que se puede atribuir a un conjunto especial de memoria que puede tomar diversas formas desde un punto de vista abstracto y desde un punto de vista concreto. Para el geógrafo Guy Di Méo, el concepto integra « objetos culturales, artefactos fabricados o poderosamente transformados por la creatividad, por la mano humana, a los que pueden añadirse valores estéticos y funciones simbólicas».
DI MEO, Guy, 2008. « Processus de patrimonialisation et construction des territoires ». Colloque “Patrimoine et industrie en Poitou-Charentes : connaître pour valoriser”, Poitiers-Châtellerault, France. Geste éditions, p.87-109.
http://www.ades.cnrs.fr/IMG/pdf/GDM_PP_et_CT_Poitiers.pdf
Resulta muy útil capturar las formas de recurso literario en Lorena, a través de una primera recensión en periodo de elaboración de lugares y de actores del turismo literario (responsables de museos, asociaciones, etc.) A partir de esa primera exploración, alrededor de tres formas específicas (casa-museo de escritor, museo, paseo literario), síguenos así por los caminos de Lorena.
PATRIMONIO LITERARIO DE LORENA

LA CASA
PAUL VERLAINE
(Metz)

« Una especie de reconocimiento delicado se une a una curiosidad digna de elogio al interesarnos en la historia privada de aquellos cuyos libros admiramos. Su lugar de nacimiento, su educación, su carácter (…), todo lo que se refiere a ellos captura la atenciòn de la posteridad. Nos place visitar sus hogares (…). »
Diderot, Essai sur les règnes de Claude et de Néron
UN LUGAR DE MEMORIA, DE CONSEGRACIÓN DEL AUTOR
En 2011, una asociación de amantes del poeta maldito abre al público en la casa natal de Paul Verlaine (2 calle Haute-Pierre en Metz), un amplio apartamento burgués en la primera planta, un universo recompuesto a la gloria del hombre de letras. La visita se organiza en torno a cuatro salones de exposiciones y a una recepción-librería, con el fin de trazar en una perspectiva cronológica el itinerario biográfico y poético del autor, a partir de una colección de objetos que constituyen tantas imágenes del escritor como marcadores de identidad. Una parte está dedicada a los orígenes lorenos del poeta, a su niñez en Metz, su « cuna fatídica » y remite el público a Souvenirs d’un Messin (1892), texto en el que Paul Verlaine expresa su apego afectivo a los lugares de su juventud:
« Reinvindico más aún mi sentir lorenés y mesino, puesto que Lorena y Metz son más desafortunados, más dolorosos. Y, amo Metz y la recuerdo, sutilmente a mis siete años cuando la dejé para irme a París… vagos fragmentos de reminiscencias pueriles más preciosos, más amados, que tantos recuerdos sonorosos y fanfarrones de la memoria (…)”.
Extracto en eco a su largo poema « Oda a Metz » parcialmente incorporado en las Confesiones que destila los lugares emblemáticos de la ciudad como la ciudadela, la puerta Serpenoise o la catedral:
“Metz de espléndidas campiñas
Ríos de fértiles ondas
Arboladas laderas, encendidas viñas.
Catedral de generosas volutas
Donde el viento toca la flauta
y Mutte, su gran campana, le responde
Esta grave voz de Dios”.
(Traducción y adaptación libre de Ana Mercedes Meyer)
Cabe señalar que los amantes del « príncipe de los poetas » pueden consultar dos versiones manuscritas de esa recopilación en la mediateca Verlaine de la ciudad, gracias a un archivo internacional de referencias con numerosas ediciones originales y que incorpora una gran variedad de documentos (autógrafos y manuscritos, textos publicados, traducciones, imágenes, músicas).
La Asociación « los amigos de Verlaine » reafirma la necesidad de preservar a través de este lugar el patrimonio literario para restituir « el espíritu de un autor, hacer más atractivo un ambiente cuyo espacio está cargado de historia, revivir recuerdos, una memoria por medio de la escritura e invitar a un aventura… ». Esta casa museo de escritor se convierte en un lugar de culto que busca ofrecer a los curiosos, a los eruditos y a todo tipo de visitantes la oportunidad de conocer la obra de Paul Verlaine. Esta voluntad de patrimonialización de la literatura partiendo de un lugar se inscribe en la tradición de La Federación de casas museo de escritor y de patrimonios literarios (http://www.litterature-lieux.com), creada en Francia en 1997, a fin de crear una red de todos los lugares y patrimonios literarios (monumentos, colecciones, archivos, documentación), garantizando al mismo tiempo la existencia, el mantenimiento y la difusión cultural de las casas museo de escritor. Esa agrupación participa plenamente en una resacralización del autor, « a la búsqueda del aura perdida », según el etnólogo Daniel Fabre. (http://www.litteraturelieux.com/multimedia/File/publications/fabre.pdf)

UN LUGAR DE MEDIACIÓN
Si la casa Paul Verlaine constituye una de las modalidades de mediatización de la literatura fuera de los textos, también pasa a ser un lugar de mediación cultural alrededor de la figura del autor. En efecto, todo el año, un abanico de actividades literarias es propuesto al público con diferentes maneras: lecturas poéticas de texto a varias voces que refleja la vida del poeta, recitales, cabarets poéticos, exhibiciones de artistas en relación con el autor, concursos de poesía, homenaje anual ante el monumento dedicado a Verlaine en Metz (al pie de la Esplanada) y en París (Jardin de Luxemburgo).